“Sin pasión por el Trabajo, no puede haber Trabajo.
Para poder trabajar debo tener un fuerte impulso de recordarme y conocerme a mí mismo, en todos los momentos de mi vida. No existe otro punto de partida.
Es una lucha contra la banalidad que me acecha permanente, anida en mi mente, intenta explicar, de alguna manera, lo inefable.
Una vez escuché a Michel de Salzmann en un grupo decir: “No hay salida si estás identificado con la mente”.
Me ocurre continuamente. La identificación con la mente me lleva una y otra vez a lo conocido, banalizando todo; la realidad que veo es efímera, corriente, sin hambre de trascendencia.
El peligro de lo banal, del juego corriente en que estoy sumergido, es su atracción. Posee fuerza de arrastre, impulso inercial. Salvo que esté yo ahí.
Me atrapa en un juego sutil, donde creo en las voces que me hablan, me describen y organizan la aparente verdad en la que creo. Y en consecuencia construye mi noción de realidad.
No tengo preguntas auténticas, solo un conjunto de respuestas que se consensuan a sí mismas.Y se consensuan con el otro, en el juego especular de buscar la mirada del otro. Soy una imagen reflejada, una construcción, un personaje. No soy yo.
Me escapo en mis “ansias espirituales”, a través de mis ideas y teorías, mientras no estoy viendo lo que sucede en lo terrenal, en mi circunstancia inmediata. Y en general, vivo esa circunstancia personal de cualquier manera.
Sin silencio, sin quietud, sólo esa fuerza que me lleva a dar respuesta frente a cualquier estímulo. Y no hay lugar para que otras fuerzas actúen en mí.
Sólo la pasión, que no implica ninguna forma de identificación, puede llevarme a lo desconocido por los caminos que no conozco.
Esa pasión tiene un alto precio. Debo estar dispuesto a pagarlo.”
– Alejandro Charosky. Fundador conjuntamente con Silvia Fischman de Charosky de Gurdjieff Grupos.