El trabajo es revolucionario porque implica ir en contra del orden interior establecido.
Es necesario un fervor, una pasión, para ir en la búsqueda de uno mismo.
Es una práctica constante, es cuestionarse y cuestionar, es tener siempre abierta una pregunta.
Este Trabajo no es para los coleccionistas de datos, para los que buscan respuestas en los libros, para los que aspiran a pertenecer a algo.
Es un trabajo para desesperados
Olivier Laignel de Salzmann, me contó que su abuela Jeanne de Salzmann, en Paris, Mayo de 1968, recorría las barricadas de los estudiantes y hablaba con ellos. Decía que algunos de los famosos grafitis de aquel momento se inspiraron en ella.
He seleccionado aquellos que me parece que se relacionan o reflejan vívidamente nuestro Trabajo. Aquellos que hablan de la interioridad del hombre. Sé que me alejo de la ortodoxia de la publicación de las Enseñanzas del Sr. Gurdjieff, pero como dirían aquellos jóvenes en aquel momento, así es la libertad.
No sé si aquellos jóvenes -mi generación- pudieron mantener lo que escribieron en su interior.
Pero la maravilla de su vigencia hace que valga la pena recordarlos. (Al lado de cada uno de ellos figura dónde fue pintado)
“La nueva sociedad debe estar fundada sobre la ausencia de todo egoísmo, de toda egolatría. Nuestro camino será una larga marcha de fraternidad” (Sorbona)
“Olvídense de todo lo que han aprendido. Comiencen a soñar”(Sorbona)
“No puede volver a dormir tranquilo aquel que una vez abrió los ojos” (Nanterre)
“La acción no debe ser una reacción sino una creación” (Censier)
“La libertad es la conciencia de la necesidad” (Plaza de la Sorbona)
“No me liberen: yo me basto para eso” (Nanterre)
“El que habla del amor destruye el amor” (Nanterre)
“Para poder discutir la sociedad en que se “vive”, es necesario antes de ser capaz de discutirse a sí mismo” (Odeón)
“Vivir contra sobrevivir” (Nanterre)
“Cuestionamiento permanente” (Ciencias Políticas)
“No queremos un mundo donde la garantía de no morir de hambre se compensa por la garantía de morir de aburrimiento” (Odeón)
“El acto instituye la conciencia” (Nanterre)
“Seamos realistas, pidamos lo imposible” (Censier)
“Vivir sin tiempos muertos” (Barrio Latino)
“Un pensamiento que se estanca es un pensamiento que se pudre” (Sorbona)
La vigencia de estas palabras escritas en los muros hace casi cincuenta años se mantiene intacta.
El que pueda comprender, que comprenda.